miércoles, 27 de julio de 2011

Sobre la carta de Medófilo Medina al Comandante en Jefe de las FARC

La misiva del importante académico al camarada Alfonso Cano es abierta a todos los lectores y en ella, además, se invita a un intercambio “donde puedan participar quienes quieran hacerlo y crean que la palabra razonable mantiene su fuero aún bajo las circunstancias más adversas”. Y ahí de inmediato está el primer problema de fondo.
Será que Razón Pública, haciendo honor a su nombre, publica este articulo? Será que El Tiempo, o El Espectador, o tal vez Semana lo hagan? Será que cuando el Comandante Cano responda la carta del profesor Medina se la publican íntegra? Cómo,  si no publican ni los comunicados! O será que capturan al correo que la lleva a Bogotá y lo desaparecen? Sería simplemente democrático que la palabra, razonable o no, mantuviera un espacio por sobre los tiros; pero en Colombia no es así y eso es parte sustancial de la guerra.
Veamos el contexto para explicar el punto de vista de Medófilo Medina sobre la historia de nuestro país. Su concepción política e histórica viene del derrumbe del socialismo en la URSS: huérfanos y decepcionados por la tragedia que significó, muchos lideres, académicos, militantes de izquierda socialista y comunista derivaron hacia ideologías similares pero muy criticas de la Unión Soviética como el Partido Comunista Francés y en general la izquierda de ese país que para ese momento y a su vez habían abandonado las justas criticas al estalinismo.
Apenas derrotado el nazismo alemán se inicio la guerra secreta contra el comunismo en Francia, Italia, Bélgica, etc. Los comunistas franceses se convirtieron en el partido más fuerte de Europa, con un millón de militantes y con 30% del electorado; es decir, eran opción real de poder y por eso se convirtieron en blanco de operaciones especiales de la inteligencia norteamericana.
Un documento del Estado Mayor Conjunto estadounidense del 14 de mayo de 1952 explicaba cómo realizar “operaciones políticas, paramilitares y sicológicas” para impedir la llegada del comunismo al poder en Francia. Desafortunadamente esa guerra la perdió la izquierda europea: la derecha internacional destrozó a la CGT y al PCF.
De esa izquierda derrotada surgieron académicos como Alain Touraine y Daniel Pécaut, analistas de los procesos sociales y sus tesis se encaminaron hacia un nuevo colaboracionismo. Ellos elaboraron la tesis de que la lucha armada desvirtúa a los movimientos sociales y, en particular sobre Colombia han sostenido que no es el Estado el que cierra canales de participación sino es la acción de los movimientos guerrilleros y peor, es la insurgencia la que provoca reacciones violentas por parte del poder.
Por el tamiz de estas concepciones pasan las opiniones del profesor Medina. Y cabe preguntar: El gran liberal Jorge Eliecer Gaitán ¿.también se sumó a la “combinación de las formas de lucha? ¿Por qué lo asesinaron? No fue acaso la reacción recalcitrante conservadora la que adoptó la eliminación física del adversario como una forma de acceder al poder?  ¿No fue esa una “combinación de formas de lucha”? ¿Por que asesinaron 40 años después a otro eminente jefe liberal, Luis Carlos Galán? ¿Y por esa misma época a Carlos Pizarro desmovilizado y arrepentido? ¿Porque mataron a Bernardo Jaramillo si ya hacia parte de otro proyecto de izquierda distinto al comunista o al de la Unión Patriótica? ¿Porque persiguen y matan a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó? y ¿a los que reclaman por sus tierras y sus bienes, y a los que exigen por sus derechos y hasta a los que demandan por el medio ambiente?
No señor historiador Medina, aquí durante toda nuestra terrible historia, y en Francia, y en la Libia de este momento, la violencia y la guerra la imponen los repartos imperiales del mundo, los oligarcas y burgueses cuya ambición no tiene límites ni éticos, ni morales.
Pero digamos, y en aras de la discusión, que usted tiene razón y que la lucha armada fue una “decisión”, ¿explíquenos como es que una decisión tan equivocada y que ha producido tantas victimas hoy en día sigue siendo una opción de poder? ¿Por que la guerrilla de las FARC sigue extendiéndose como un fantasma que recorre Colombia?
Marc Chernick, académico norteamericano y asesor del departamento de Estado de Estados Unidos, en su libro “Acuerdo posible” refiriéndose a “los problemas medulares la agenda” de negociación: “Condiciones de gobierno y poder locales” y “Condiciones de gobierno y poder nacionales” (página 104). El criterio de la verdad es la realidad y esa es la coyuntura histórica en la que vivimos.
En Cuba y Nicaragua triunfa la lucha armada, en cambió fracasaron los intentos en otros países de América Latina como Bolivia, donde si hubo una decisión política pero infortunadamente en ese país no existían las condiciones objetivas para la insurgencia armada.
Entonces para qué sirvieron la lucha heroica y el sacrificio del Che, a propósito de su pregunta de “¿Cuáles son los beneficios que esta lucha abnegada de tres generaciones de hombres y mujeres guerrilleros le han traído a Colombia?” Le respondo Doctor Medina: hemos venido construyendo con el ejemplo del Che un proyecto de Patria radicalmente distinto al que usted nos invita generosamente a sumarnos. Una Colombia que esté al servicio de la mayoría de sus ciudadanos, al servicio del pueblo y no al servicio de unos pocos ricos corruptos y criminales, un país soberano e independiente.
Usted como académico sabe muy bien de que hablamos cuando decimos que estamos construyendo un poder distinto, estamos cimentando una conciencia revolucionaria, democrática, altruista, una moral y una ética humanista, es estimular cualquier tipo de lucha por que solo a través de esta conseguiremos la libertad. La insurgencia es el referente de dignidad y autoestima sociales sobre cuya base se construye un verdadero proyecto de nación. Y como si esto fuera poco hemos sido el muro de contención a la intervención militar gringa e israelí a través de nuestro territorio contra los países vecinos.
Pero si quiere ejemplos menos trascendentes, pero mas concretos y prácticos lo invito a investigar cuántos cientos de kilómetros hemos construido de carreteras, de puentes, de plantas eléctricas (muchos miles conocieron la electricidad, los computadores y hasta los inodoros con la guerrilla, del Estado solo conocían el terror) a costos casi nulos, sin corrupción y sin que nadie se haya enriquecido. Cuantos libros y cartillas hemos editado, cuantas revistas, cuantas páginas Web sostenemos, cuantas escuelas y universidades, cuantos miles de enfermeros hemos graduado. Cuantas hectáreas hemos sembrado y cuántas nos han bombardeado, cuántas cosechas, cuántas gallinas, patos, pavos, cuántos cerdos, reses, caballos, mulas, cuántos especialistas en herrería y arriería tenemos, cuantos talabarteros, cuántos ambientalistas, topógrafos, arqueólogos y mineros, cuántas emisoras, talleres de cine y video, fábricas de uniformes y vestidos, cuántos abogados y jueces, líderes políticos, escritores, poetas, cantores. Sí, nos queda tiempo de cantar en medio de la guerra.
El genocidio de la UP, de compañeros del Frente Popular y de A Luchar no fue obra de la “mano negra” ó de “una alianza conformada por sectores de las Fuerzas Armadas, mafias del narcotráfico, gamonales políticos y paramilitares”, tal afirmación es una falsificación de la historia, fue una política de exterminio del Estado colombiano: así se explica la cifra del Departamento Nacional de Planeación (1997) de 97,5% de impunidad para los crímenes políticos.
Sea esta la ocasión de recordar a los mártires de la Unión Patriótica y a todos los luchadores populares cuya memoria honraremos cuando, por fin, llevemos a término las ideas por las que fueron sacrificados, tan vigentes hoy como en los tiempos de su gloriosa defensa.
Carolina Trens

Relaciones peligrosas – errores estratégicos

De los  pactos Hitler – Stalin y Santos – Chávez

¿Donde esta mi hermano Julián Conrado?

Debemos ser capaces, entre revolucionarios, de decirnos las verdades más crudas, más dolorosas siempre y cuando medie la defensa irrestricta de los principios éticos y morales, la defensa de  tácticas y estrategias en función de la construcción de la patria grande y el socialismo.
Estas líneas se escriben con el respeto y admiración más grandes hacia el pueblo ruso y  la primera revolución socialista de la historia, hacia el pueblo de Venezuela, hermanado con nosotros por la sangre de la gesta libertaria y la espada de Simón Bolívar, pueblo que convertirá  a la “revolución bonita” en una revolución bolivariana y socialista.
Dos años antes de iniciarse el ataque de la Alemania nazi a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y avanzada la Segunda Guerra Mundial, el 23 de agosto de 1939,  se firmó en Moscú un polémico, por decir lo menos, Tratado de No Agresión entre el Tercer Reich y la URSS. Se pactó la no agresión mutua y la solución dialogada de cada problema entre los dos países; también pactaron estrechar vínculos económicos y comerciales.  El tratado contempló unos acuerdos secretos por obvias razones, según los cuales el Tercer Reich y la Unión Soviética se repartían Europa del este y central: por ejemplo, Polonia quedaría como zona de influencia que se repartirían entre ambos estados, mientras que la Unión Soviética de Stalin se quedaba con Finlandia, Estonia, Lituania y Letonia como zonas de interés soviético.  Se comprometieron a no participar en alianza alguna formada en contra de los estados firmantes, la URRS y Alemania.
Luego de tan macabro acuerdo el camarada Stalin no tuvo límite moral, ni ético, ni geográfico:  invadió junto con la Alemania hitleriana a Polonia. Y mandó tropas soviéticas a invadir a Finlandia y también se anexionó territorios de Rumania. Nuestro camarada Stalin, en defensa del socialismo y de la revolución, en defensa de los “intereses de estado” derramó sangre del pueblo polaco, del pueblo finlandés, de varios pueblos del Báltico y sangre rumana.
Por qué Stalin creyó más en el enemigo de clase, el imperialismo alemán, que en la resistencia de los pueblos? Por que no preparó la defensa de la URSS, si tenía la información de los mejores agentes de inteligencia como Richard Sorge? Dónde estaba la dirección del partido comunista, la dirección del Ejército Rojo? Unos, muertos por “fuego amigo”, otros encarcelados hasta por leve sospecha de no sumisión a Stalin.
La peste parda llegó a 30 kilómetros de Moscú en cuestión de tres meses, dejando una estela de muerte y destrucción jamás vista. También quedó como herencia para la humanidad la resistencia heroica de cientos de miles de soviéticos que defendían cada centímetro de su patria con estoicismo y sacrificio total, como solo los patriotas saben defender sus intereses. Sobre el pueblo soviético recayó la responsabilidad de derrotar al fascismo y lo hicieron llegando en 1945 a Berlín. En esa guerra, en la que  su jefe máximo no acertó en sus alianzas político militares el pueblo soviético perdió a mas de 20 millones de sus mejores ciudadanos.
No terminó ahí la cadena de inconsecuencias: se suscribieron los acuerdos de Yalta y Potsdam, se dividió el mundo en dos grandes esferas de influencia y apareció el mundo bipolar. La URSS quedó atada y atrapada hasta el fin a esa política y estuvo al margen de todo proceso revolucionario y progresista en el mundo, encerrados en si mismos, defendiendo nuevamente “intereses de Estado”.
 Se truncó la revolución griega entre otras, gracias a la “prudencia” stalinista y a las recomendaciones de pactar con los anticomunistas y abandonar la lucha armada. La política de no darle pretextos a occidente para una agresión dejó a la URSS al margen y aislada de la revolución China, de la Revolución Cubana en 1959, de la guerra de liberación de Vietnam, de la guerra de liberación de Angola, del desplome del sistema colonial en Asia y África, del nacimiento y auge del Movimiento de Países no Alineados, del crecimiento de los movimientos de liberación en América Latina con lucha armada y sin ella, de la revolución Sandinista, de los movimientos militares progresistas en países de América Latina, solo para poner algunos ejemplos.
Traemos a cuento toda esta historia porque se parece mucho a la coyuntura actual en América Latina. Tenemos un imperialismo, el de EE.UU, que hiede a fascismo hitleriano; su agente, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos a quien sus elegantísimos trajes no logran tapar su esencia narcoparamilitar y a su “nuevo mejor amigo” el presidente bolivariano Hugo Chávez. Hay pactos cuyos contenidos desconocemos, pero que ya han cobrado sus primeras víctimas: la lucha y resistencia heroica del pueblo hondureño bajo un oscuro acuerdo entre el golpista Lobo, Santos y Chávez; la estratégica Unasur, en manos de Colombia; periodistas señalados, encarcelados, extraditados, despedidos de sus trabajos; combatientes revolucionarios de ETA, ELN y FARC entregados a sus esbirros. Otra victima es la unidad revolucionaria, la confianza rota, las ilusiones quebrantadas.

El presidente Chávez cede mientras Santos mantiene las bases militares norteamericanas y por orden del imperio organiza el eje de integración del Pacífico para contraponerlo al Mercosur y al Alba. Santos, el invasor a territorio ecuatoriano, apoya y legitima las invasiones a Libia, Irak y Afganistán. En Colombia ha continuado las políticas de guerra  y terror de su antecesor, eso si con guantes blancos de seda de la “casa Santos”. La proclamada Ley de tierras es la legitimación del despojo de más de cinco millones de desplazados; la Ley de victimas, la burla frente al drama de los derechos humanos incinerados en hornos crematorios  y destrozados con motosierras.

El enemigo no cejará en sus intentos por derrotar a la izquierda en América Latina: lo intentó con golpes de estado en Venezuela, en Bolivia, en Honduras y en Ecuador y lo seguirá haciendo con o sin pretextos. Es su esencia, es su necesidad, es su naturaleza.
Como decía Lenin:El imperialismo es el capitalismo llegado a un estadio de desarrollo en el que se ha afirmado la dominación de los monopolios y del capital financiero, en el que el reparto del mundo ha comenzado entre los “trusts” internacionales, y en el que se ha terminado el reparto de todo el territorio del globo entre los mayores países capitalistas”… y…”La guerra imperialista no deja de ser imperialista cuando los charlatanes o los fraseólogos, o los filisteos pequeño-burgueses lanzan una “consigna” meliflua, sino solamente cuando la clase que lleva adelante esta guerra y que está ligada a ella por millones de hilos (si no son cables) económicos, es de hecho derrocada y reemplazada en el poder por la clase verdaderamente revolucionaria: el proletariado. No hay otro medio de alejarse de la guerra imperialista…”.

NOTA: El presidente Chávez ha enfermado y su salud es delicada. Los revolucionarios hacemos votos por su pronta y total recuperación, por que continúe dirigiendo los destinos de Venezuela su patria corrigiendo los errores con la fuerza y la entereza que le conocemos. 

Carolina Trens