miércoles, 22 de agosto de 2012

El gobierno Santos hace aguas

Por Carolina Trens
El actual gobierno de Colombia se adentró en uno de sus peores momentos y no es por la crisis mundial del capitalismo, aun cuando el país tiene síntomas evidentes y serios de recesión económica. Tampoco es por culpa de las “locomotoras santistas” del desarrollo, que nada que arrancan. No es culpa de que la Ley de Victimas y Restitución de tierras se haya quedado en el papel y en el papelazo que hizo el Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon asistiendo al pomposo acto en donde se sancionó dicha ley.
Ni siquiera tiene que ver, aun cuando es un asunto de suma importancia, el destape de la olla podrida donde se cocinó durante un año la reforma a la justicia. Que por fortuna la opinión democrática que aun sobrevive en el país logró mostrar que lo que estaba a punto de aprobarse era, el acuerdo entre congreso, gobierno e interesados directos de la derecha pura, para darle definitivamente pena de muerte a la Justicia.
No es la vergüenza por ver desfilar hacia la cárcel a la decimosegunda – de trece -Presidenta del Senado Dilian Francisca Toro, acusada de lavado de activos y paramilitarismo. Tampoco el mayúsculo escándalo de la extradición por narcotráfico y crímenes de lesa humanidad (paramilitarismo) del jefe de seguridad de Uribe, General Santoyo.
El momento crítico de Santos no tiene que ver con la enfermedad de su Vicepresidente quien luego de una penosa enfermedad dicen, despertó del coma con el hemisferio “uribista o derecho” del cerebro más desarrollado que el izquierdo.
Tampoco por las luchas de los pueblos indígenas que cualquiera consideraría que lo han puesto en jaque con ese grito de la entraña de la madre tierra que exige paz y justicia.
No es porque a Santos lo desvele la propuesta de constituyente – léase golpe democrático de estado – que impulsa su anterior jefe Álvaro Uribe.  Santos ya ha oído que el Puro Centro Democrático[1], según la sapiencia popular, no puede ser Democrático por que lo dirige Uribe Motosierra,un narco paramilitar, no puede ser Centro por que evidentemente Fernando Londoño Hoyos es la derecha absoluta y no puede ser Puro por la presencia ahí de José Obdulio Gaviria[2]. El PCD es más bien el partido de: Políticos Corruptos Desesperados.  
Lo que está tocando fondo, lo que hace crucial o distinto a este momento de otro, lo que se está tornando irreversible es la forma de gobernar de Santos. El presidente colombiano posa en la UNASUR de izquierdista, pero para todo el país es claramente de derecha: su política pro imperial, de saqueo de la riqueza nacional por las transnacionales y su guerra civil lo demuestran claramente. El es del partido de la Unidad Nacional o narco paramilitar; casi todos sus lideres están presos o tienen procesos vigentes, pero también se proclama liberal o neoliberal según el caso, o de la tercera vía si se requiere. Dice querer resarcir a los mártires con la Ley de Victimas y restitución de tierras, pero deja intacto el andamiaje paramilitar. Tiene el discurso de la prosperidad para todos, pero sigue con la anti popular “seguridad democrática” del anterior gobierno que solo sirvió a los inversionistas ricos. Tiene un repentino afecto por el presidente Chávez, pero su corazón late por sus amos del norte. Santos también es ambientalista en las cumbres internacionales, pero su “locomotora minera” va ha arrasar con la amazonia.
Y la peor de todas estas incongruencias: Santos tiene los bolsillos rotos o empeñados, sobre todo ese bolsillo donde dice tener guardada la llave de la paz. Tiene los bolsillos llenos de plata para la guerra – Colombia es el país que destina el más alto porcentaje del PIB para gasto militar en América Latina, no le importa que más del 25% de la población colombiana, entre muertos, heridos, desaparecidos, desterrados, haya sido afectada directamente por esa guerra. Nuestro territorio, nuestra soberanía está alquilada al Comando Sur, así como nuestros puertos y mares están entregados a la IV Flota naval de EE.UU. Santos dice que es el presidente de la paz pero incrementa la guerra.
¿Será que el presidente de los colombianos vive en “cuerpo ajeno”? ¿Y libra una denodada lucha contra su yo perverso y maléfico?
La verdad es que Santos, como buen representante de la ya casi desaparecida burguesía bogotana, ha tratado de revivir la vieja política de sus antecesores de la “combinación de todas las formas de opresión”: aparentar una democracia dentro y fuera del país, mientras lo que se hace es la política de tierra arrasada. Santos quiere revivir lo que se conoció como “la democracia más antigua del continente” y su capital “la Atenas suramericana”, mientras el país cobraba más victimas que todas las dictaduras militares del Cono Sur juntas.Su antecesor rompió con esa tradición y el costo fue alto: Colombia terminó aislada y fuertemente cuestionada, al mismo tiempo que no se logró ninguna victoria militar sobre la insurgencia, ni ningún aplastamiento del movimiento popular.
Santos se equivoca estratégicamente, la putrefacción y el carácter genocida del poder en Colombia que se ha develado en los últimos años no se podrá maquillar nunca más. Tampoco la responsabilidad de la clase dirigente. El pueblo colombiano ha madurado en su resistencia y todo parece indicar que se avecinan grandes luchas.
Como decía el presidente Salvador Allende: más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre construyendo para siempre su libertad.


[1] PCD: partido del uribismo “pura sangre” literalmente, extrema derecha unos y ultraderecha el resto.
[2] JOG: ideólogo y estratega de Alvaro Uribe, primo hermano y abogado de Pablo Escobar Gaviria jefe del Cartel de Medellín. Agente desestabilizador de gobiernos como el de Hugo Chávez, Manuel Zelaya, Rafael Correa.