martes, 21 de mayo de 2013

Santos: terrorismo y negociación

In memoriam
Caliche, Corazón Valiente,
la muerte jamás dirá la última palabra

Con sangre de la recién asesinada los paramilitares escribieron en la pared el letrero "fuera guerrillo". Esta vez la ejecutada fue Benedicta Joya Aponte de 75 años, hermana del sacerdote de Carcasí, Santander, quien era realmente el objetivo. ¿Por qué? El padre Joya es un luchador por los derechos humanos de sus comunidades, por la paz,defensor del medio ambiente, un verdadero cristiano cosa que en Colombia genera enemigos muy poderosos, no le perdonan que estuviera en el mes de diciembre en el Foro Agrario en Bogotá, realizado por el PNUD y Universidad Nacional y convocado por la Mesa de negociaciones de paz en la Habana, como parte de la delegación de la Coalición de Movimientos y organizaciones Sociales de Colombia COMOSOC.

Medio millar de personas desplazadas llegan todos los días, incluido el tan festejado día de la madre, a muchos mas de la mitad de los municipios del país[1]. El desplazamiento se produce por bombardeos indiscriminados, ametrallamientos, acción de nuevos y viejos grupos paramilitares, por combates, por la guerra que el presidente Santos mantiene y su ministro contrainsurgente anima. El porcentaje de mayor desplazamiento proviene de aquellos municipios donde el gobierno desarrolla su Plan Nacional de Consolidación Territorial, plan que comenzó a desarrollarse a instancias de la “seguridad democrática” de Álvaro Uribe. Colombia sigue abanderando las cifras de desplazamiento forzoso sumando ya más de los 6 millones de desplazados.

Ha aumentado en un 29% el número de masacres y la cantidad de victimas, crecieron los asesinatos selectivos, en particular los de reclamantes de tierras  cuya cifra es de 68 victimas.En Bogotá cada día desaparece un niño, que seguramente no suman a los 70.000 desaparecidos por razones políticas. En Colombia cada 72 horas es asesinado un sindicalista.

El presidente Santos ha invertido 22 mil millones de dólares en las Fuerzas Armadas solo en compra de armamento y sistemas de defensa y se dedica a la guerra el 25% del presupuesto Nacional. Sin embargo, el 68% de la población vive en la pobreza o la indigencia, son 8 millones de indigentes y 20 millones de pobres, el 12% de los niños tiene desnutrición crónica.

Conocido es que Colombia es de los países mas desiguales del mundo y de los más ricos, donde las vacas viven y comen mejor que la gente por cuenta de los señores de la tierra, donde hay narcotráfico y lavado de enormes cantidades de dinero cuyas ganancias quedan en el sector financiero, donde la corrupción de las elites económicas y políticas solo es comparable con la de la justicia.

Colombia es uno de los países mas atrasados del mundo, jamás ha sido una Nación, ni su economía, ni su política, ni su sociedad han logrado un desarrollo premoderno capitalista.  El país es un “hueco negro” en el contexto de la América Latina de hoy.

En medio de este desolador panorama el gobierno Santos, siguiendo el aforismo de Maquiavelode “gobernar es hacer creer”, quiere hacer creer a la opinión nacional y sobre todo a la opinión internacional que se la está jugando por la negociación y la paz.CREER, ¡esa es la clave de la paz! Y Santos es consecuente: el único gasto que se ha hecho como propaganda en televisión es que salen varias personalidades a declarar que CREEN en la paz. Si creemos devotamente, un día la paz nos va a caer del cielo.

“El desarrollo agrario: el Gobierno piensa que sin una transformación profunda del sector rural que rompa el círculo vicioso de violencia en el campo –que causa pobreza, que alimenta más violencia– y cree un círculo virtuoso de bienestar y estabilidad, no estaremos garantizando la no repetición del conflicto”[2]. Pero al mismo tiempo y con más vehemencia dice que no habrá cambios en el modelo económico.

“La participación política: todos los procesos de paz exitosos en el mundo llevan a una transformación de los grupos armados en movimientos políticos, eso es precisamente la transformación de un conflicto. Y la base de esa transformación son las garantías. Garantías para los grupos: que puedan participar en igualdad de condiciones y sin riesgos de seguridad; y garantías para la sociedad: que se rompa para siempre el lazo entre la política y las armas”[3]. ¿Garantías con miles de paramilitares, con las FF.AA más poderosas del continente y regidas por la teoría del enemigo interno? ¿Garantías sin estatuto de oposición, con un sistema electoral obsoleto, sin medios de comunicación? ¿Garantías con la mafia financiando campañas electorales de la derecha?
“… el nombre de este problema es ‘conflicto armado interno’. Valga decir: conflicto con las Farc y con el Eln, y con nadie más”[4]. ¿Por eso mataron a un millón de colombianos? ¿Por qué entonces el Estado ha sido condenado en múltiples ocasiones en tribunales internacionalespor genocidio y crímenes de lesa humanidad?¿De dónde salieron los guerrilleros de las FARC, del ELN, y después los del M-19, EPL, Quintín Lame, PRT, y mucho antes, de dónde salió Guadalupe Salcedo y sus 50.000 guerrilleros?

¿Por qué esperar al acuerdo final para que el gobierna cumpla con su deber constitucional de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos, de garantizar la participación y la democracia, el derecho al trabajo, a la educación, a la salud y todos los derechos económicos y sociales? ¿Por qué EE.UU apoya la negociación y el proceso de paz en Colombia mientras desatan guerras por doquier?

¿La política de paz de Santos es un chantaje?O se desmovilizan o se mueren!, Se desmovilizan o tendrán otra vez a Uribe!, la impunidad para el estado y el peso de la “ley” para la insurgencia!, Impunidad para el estado terrorista y extradición para los luchadores!, firman un acuerdo ya y sin condiciones o se les acabó el tiempo!.  El chantaje del terror es la política de paz de Santos;su política no es ambigua: por el contrario, es clara, perversa y muy peligrosa.

Santos tiene la tarea de desmovilizar a la insurgencia colombiana a cambio de un discurso, sin cambios estructurales ni en lo político, ni en lo económico, ni en lo social y en consecuencia sin un amplio movimiento popular, soberano y patriótico, capaz de llegar al poder en unas elecciones. Es la razón para oponerse a un cese al fuego inmediato y a una Asamblea Nacional Constituyente. Sin guerrilla combatiente y sin resistencia del pueblo,quéfácil será abrirle la puerta a una intervención militar de EE.UU a Suramérica.

Cada campesino, cada trabajador, cada intelectual, cada estudiante, cada hombre, cada joven, cada mujer, todos ellas y ellos los indios, los blancos, los negros, los poetas, los músicos, los artistas, los sacerdotes y pastores del pueblo, de todas las religiones y los partidos, de todas las creencias y oficios, todos y todas debemos unirnos para imponer la paz con profundas reformas, justicia social, soberanía y garantía de no repetición.













[1] Boletín de CODHES, Número 78
[2]Conferencia del alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, en la Universidad Externado, 9 de mayo de 2013
[3]idem
[4]idem