Por Carolina Trens
Los colombianos hemos cargado por largo tiempo histórico con muchas vergüenzas. Los atentados contra el padre de la Patria, el libertador Simón Bolívar, por ejemplo, de uno de los cuales da cuenta la truculenta estrofa de Luis Vargas Tejada:
Si de Bolívar la letra con que empieza
y aquélla con la que acaba le quitamos,
«oliva» de la paz símbolo hallamos.
Esto quiere decir que la cabeza
al tirano y los pies cortar debemos
si es que una paz durable apetecemos.
y aquélla con la que acaba le quitamos,
«oliva» de la paz símbolo hallamos.
Esto quiere decir que la cabeza
al tirano y los pies cortar debemos
si es que una paz durable apetecemos.
Y como si hubiéramos sido marcados por Dios como el Judas, seguimos el camino de la infamia con el asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre y así sin tregua hasta mediados del siglo pasado cuando intereses oligárquicos y estadounidenses decidieron que el “tirano” tenía el nombre de Jorge Eliecer Gaitán y que para lograr la “paz” había que cortarle la cabeza y para que no anduviera por la insurgencia colombiana y también para que rimara el verso - “los pies”.
Cargamos con la ignominia de hornos crematorios, de fosas comunes, de cientos de colombianos despedazados con motosierras, de miles de desaparecidos y torturados de todas las edades, mujeres niños, jóvenes, viejos. En una sola campaña electoral (1990) el asesinato de cuatro de sus candidatos presidenciales: Luis Carlos Galán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro. Este sí un “despeje” sangriento, el que le abrió las puertas a las políticas neoliberales de la Constitución del 91.
Cargamos con el cinismo del narcotráfico y el narcoparamilitarismo, conveniente solo a las ganancias de los bancos nacionales, de EE.UUU y de la cultísima Europa, a los negocios de las transnacionales. La próspera economía de la “confianza inversionista” que recibe por concepto del narcotráfico entre el 2 y el 3% del PIB.
Cargamos con el holocausto organizado por una rama del poder político contra otra rama el poder Judicial, porque el poder judicial se volvió “tirano” peligroso para el ascenso del fascismo militar y mafioso.
Cargamos con la indigencia y miseria de más de la mitad de la población del país y con la pobreza del otro tanto, con la ostentación de tres o cuatro banqueros entre los más ricos del mundo. Con la guerra civil, la dependencia, el subdesarrollo y con liderazgos de un atraso inmarcesible, tanto, que no supieron construir el capitalismo.
Es por eso que la Cumbre de las Américas fue convertida por el presidente Santos en una pobre reunión para dos: él mismo y Obama. Santos pasará a la historia como el presidente que convocó a la última Cumbre sin darse cuenta de que América Latina ya no es de los gringos, que es la UNASUR la que adquiere el nuevo poder político.
Obama para no perder del todo el viaje pone en marcha el TLC con Santos, sin reparar en el hecho practico y elemental de la destrucción casi total, por cuenta de los inviernos y de la corrupción, de las vías carreteables del país, de los puertos y aeropuertos; y sin importar que el TLC sin duda acabará con las pocas posibilidades económicas y de independencia del país. Es por eso que la dignidad de la Patria corrió en Cartagena por cuenta de las putas, que ellas si supieron con valor reclamar lo suyo.
Sin reponernos aun de la visita del presidente estadounidense, llega a Colombia por primera vez el ministro de Defensa israelí Ehud Barak. Vino a prolongar la guerra interna con la que cargamos hace más de medio siglo y a abordar "temas de interés geoestratégico” que seguramente tienen que ver con la ampliación del escenario de la confrontación armada al continente. Israel quiere vender aviones no tripulados a Colombia, “estrechar cada vez más las relaciones con Colombia no solo en defensa sino también en otros asuntos” dice Barak, cuales serán esos “asuntos”? Generar una nueva carrera armamentista porque la del 2010 que solo en Suramérica superó los 63.000 millones de dólares les parece poca cosa? Preparar la intervención contra Venezuela o directamente la guerra contra Brasil? Desde Colombia a través de las bases militares existentes se ejerce por parte de EE.UU e Israel el control militar de la región y se avanza sobre Africa?
Y tenemos los colombianos que cargar con ser el Caín de América?
Para rematar la oleada de fatídicos visitantes, descendió en nuestra pobre tierra el verdadero rey: Mariano Rajoy. Imposible hacer un recuento de lo que ha significado la relación de empresas españolas con Colombia, se podría resumir en voracidad de ellos y entrega vergonzosa por parte de cipayos nacionales de nuestros bienes públicos, recursos naturales y utilidades. Sin ruborizarse JuanMa Santos, rodilla en tierra, le reitera: “Aquí no expropiamos”. Y tenemos que cargar con esto? Frente a Rajoy cuyas políticas han hundido a España en una insondable catástrofe social? Porque no nos digamos mentiras: el Zapatero socialista gobernó su país con los programas y políticas del PP, igual que Santos que hoy gobierna con los huevitos[i] de Uribe.
[i] Álvaro Uribe se refería a la seguridad, a la confianza inversionista y a la supuesta política social como a los “tres huevitos de la Seguridad Democrática” su política de gobierno.