Querida Laura, hermana en la lucha, hermana
del alma, hermana guerrillera:hoy te admiro más que ayer, me siento plenamente
representada por tí en la mesa frente al gobierno del sr. Santos.
Los revolucionarios queremos ser como el
Che, tú ya eres como él. Médica, internacionalista y guerrillera. Tengo que
decir, que todo este desbordamiento de sentimientos los produjo la carta
escrita a la periodista que quiso, interpretando los intereses del gobierno y
de la clase a la que sirve, faltarte al
respeto desdibujando el carácter revolucionario de tu vida. Te felicito por la
carta, por la claridad de pensamiento, por la lealtad a tus principios y a la
lucha, por poner en primer lugar los intereses de nuestra organización que no son
otros que los de nuestro pueblo sometido al poder del dinero, de labayoneta y
con lo que ellos consideran es la “modernidad” ,al poder de la motosierra.
Laura: tu indignación, es la misma que
sienten millones de colombianos, cientos de millones en el mundo, frente al
poder de los medios masivos de comunicación. Batallones de contraguerrilla o
bases de paramilitares palidecen frente al carácter criminal de revistas, periódicos,
emisoras, canales de televisión, paginas web.Porque soldados y policías arriesgan
la vida, combaten con las armas, son víctimas de la guerra, no nacen
criminales: el estado los convierte en tales. Mueren o salen lisiados y a
quienes les va mejor consiguen un taxi o un puesto en cualquier “San Andresito”[1].
Los empleados de la “mass media” desde sus cómodas “trincheras” van en carísimos
carros a deliciosos restaurantes, tibios apartamentos;a reuniones y cocteles de
sus amos para seguir conspirando whisky en mano contra el pueblo colombiano.
Tergiversando noticias, mintiendo,
acomodando, eliminando contextos, acusando, creando ficción, promoviendo o
condenando gente, creando y destrozando valores, induciendo conductas, atizando
guerras, negocios, invasiones, vendiendo, sobre todo vendiendo: carros, casas,
viajes, tetas, culos, fincas, ropa, edificios, petróleo, oro, gas, coca, encubriendo
mafiosos, promoviendo y blanqueando políticos, congresistas, presidentes,
conciencias, vendiendo el agua y el aire, lavando dinero sucio y limpio,
vendiéndose ellos mismos.
¿En esas condiciones podemos hablar del
carácter civil de los medios de comunicación en Colombia? Son soldados que
hacen la guerra durante las 24 horas de todos los días, de todos los últimos70
años de guerra en Colombia y no son pocos los que se creen generales y
mariscales de campo. Llevan las prendas militares adheridas a la piel y se
disfrazan de periodistas, comunicadores, reporteros, directores y gerentes de
medios, sus armas letales son los micrófonos y los computadores, las mentiras y
las verdades a medias, el encubrimiento de crímenes, la legitimación de la política
paramilitar, del dinero fácil, de la corrupción; la cultura mafiosa y paraca
son las armas mas modernas, limpiar la imagen de reconocidos hampones, la
tarea. Voceros regalados del Departamento de Estado de EE.UU, defensores de sus
intereses por encima de los intereses de los colombianos.
Para ellos la Patria es el sueldazo, el
ascenso para más sueldo, la casa, el carro, el coctel, el contratico. Defender
esas cositas por encima del desarrollo del país, del bienestar de todos, de la
paz y la convivencia, de la democracia, de la dignidad, de la libertad.
Periodismo no existe, excepto honrosas
excepciones que no están en venta, que sufren el exilio, la persecución, la
muerte. Lo que predomina y hay que cambiar en los medios son los mercachifles,
que cambiaron la profesión de la palabra, la investigación, el análisis, el
equilibrio, la hipótesis, la lucha por la verdad, por la de guerra sicológica
al servicio de los intereses de las multinacionales, el imperio y los riquillos
narcoparas criollos .
¿Pero quién es el dueño de este temerario
ejército contrainsurgente? ¿Quién lo financia? ¿Quién define sus tácticas y
estrategias militares? ¿Quién su política y su ética? ¡Pues sus dueños!
En Colombia los dueños de los medios de
comunicación son los grandes conglomerados económicos: Caracol Televisión y El
Espectador pertenecen al Grupo Santo Domingo; RCN Televisión y radio, son de la
Organización Ardilla Lülle; Caracol Radio del grupo español Prisa; y la Casa
Editorial El Tiempo, cuya participación mayoritaria fue hasta hace poco del
Grupo Planeta, es ahora de Luis Carlos Sarmiento Angulo.
Admiración y respeto frente a tu pequeña
humanidad, frente a tu resistencia fariana, victoriosa al embate del
tristemente celebre Plan Patriota, victoriosa frente a los esfuerzos militares,
políticos, económicos de potencias como EE.UU, Inglaterra e Israel por
aniquilarnos.