Por Antonio
Villa
Buena
parte de nuestro trabajo, en las ciudades, lo hacemos con organizaciones
sociales, a las que la política nacional les importa mucho, en gran medida
porque su gestión va encaminada a resolver problemas que frente a la
inoperancia del Estado, o su cooptación por bandas de delincuentes, se han
vuelto crónicas.
En
estos ámbitos se comenta sobre la actualidad y, claro, las negociaciones de La
Habana sobre la paz es tema central. Las recientes salidas de tono del
Presidente Santos han estado de esos comentarios, porque no se entiende que la
visita de unos jefes de las FARC, a una vereda de La Guajira, acordada con don
Raimundo y todo el mundo, diera para una salida en falso, del tamaño de un oso
pardo.
En
estos colectivos el falso gesto de dignidad ofendida del Presidente es una
prueba adicional de su volubilidad, de su carácter ambivalente, de su
inseguridad sobre el significado de la paz, tema que no es del todo suyo, que no ha estudiado, ni
profundizado, ni asumido como meta trascendente de su mandato.
Alguno
de sus más cercanos parientes y su grupo de amigos, le insinuó la importancia
de tomarlo como eje de su gobierno y lo tomó prestado, con la ligereza de los
oportunistas, como si se tratara de repartir favores desde el Ministerio de
Hacienda, licencias desde el Ministerio de Desarrollo, o hacerse el de la vista
gorda con los falsos positivos desde el Ministerio de Defensa.
Una
vez embarcado en esa nave, rumbo a la paz, él que estudió artes de marinería,
creyó que todo sería fijar un rumbo y llegar a puerto a hacerse una foto con
sus compañeros de travesía y a celebrar. Solo que olvidó que, las más de las
veces, hay tormentas, se pueden presentar motines a bordo y, en la travesía, se
oyen cantos de sirena. Esta empresa requería un capitán que condujera la nave, más
que uno que dependiera tanto de la tripulación.
Fracking a la Banca!!!
La Serranía de la Macarena es un patrimonio universal. Un
ecosistema único de selvas húmedas y bosques, una de las formaciones geológicas
más antiguas de la tierra con más de 1000 millones de años. La flora y fauna de
la Amazonía, la Orinoquía y los Andes se dieron cita en este lugar mágico. Hay
osos hormigueros, jaguares, pumas, venados, varias especies de monos, cientos
de especies de aves, millares de especies de insectos y otras riquezas
incalculables.
Y es a ese tesoro del pueblo colombiano que quieren
convertir en colador con cientos de perforaciones… el capital no tiene limites,
es sabido desde siempre.
Proponemos, y conste que no es nada personal, la fracturación hidráulica a la banca
colombiana y a sus socios y a sus amos, el capital financiero transnacional.
¡Producirle a los bancos 2 millones y medio de fracturas! Es lo que han hecho
por todo el mundo. Extraer todo el dinero, o 90%, o 60%... Le haríamos un favor
a la humanidad, no hay daños medioambientales, todo lo contrario le
eliminaríamos al enemigo fundamental.
¡Viva el agua! ¡Viva la naturaleza! ¡Abajo el capital!