Carolina
Trens de Los Nadies
Galileo, el gran
observador del cielo e irreductible crítico, descubrió que la tierra no era el
centro del universo y que además se movía alrededor del sol. El científico
italiano se ve acusado porel poder de la Iglesia, que tiempo antes había
decidido el trágico destino de Giordano Bruno quien por causas similares fue
quemado vivo en la hoguera por la Santa Inquisición. Decía la sentencia contra
Galilei: “…La proposición de ser el Sol el centro del mundo e inmóvil en su
sitio es absurda, filosóficamente falsa y formalmente herética, porque es
precisamente contraria a las Sagradas Escrituras. La proposición de no ser la
Tierra el centro del mundo, ni inmóvil, sino que se mueve, y también con un
movimiento diurno, es también absurda, filosóficamente falsa y, teológicamente
considerada, por lo menos, errónea en la fe.”…
La Santa
Inquisición era la institución, creada por la Iglesia Católica, encargada de la
supresión de la herejía, es decir, de perseguir, encarcelar, quemar a quienes
estuvieran en contra de los dogmas de la doctrina religiosa. En España la
inquisición fue práctica estatal, aplicada luego en territorios colonizados
como nuestro continente.
La Inquisición, cuadro de Goya. |
El poder,
eclesiástico, político, económico, militar o cualquier otro, desde tiempos
inmemoriales, y más exactamente desde que la sociedad se dividió en clases, ha
perseguido no solo a sus detractores, si no a todo aquel que ose, consciente o
inconscientemente ponerlo en peligro. La primera forma de legitimación del
poder ha sido la fuerza, la coerción, física y sicológica.
Sin embargo, la
humanidad en su larga historia ha logrado conquistas importantes, se
proclamaron los Derechos del Hombre, se crearon conceptos como la libertad, la
igualdad, la fraternidad, la democracia. Se construyó el socialismo en la URSS[1]la
sociedad más avanzada, más justa y equitativa. Los comunistas soviéticos
derrotaron a Hitler y llevaronal primer hombre al espacio. Se acabó la
esclavitud y el régimen del apartheid, se derrumbó el sistema colonial. Triunfó
la revolución cubana. Nada ha sido un regalo o una casualidad: todas las
conquistas de la sociedad humana han estado precedidas por una intensa lucha de
clases.
Así como la
tierra no ha dejado de moverse, la lucha de clases ha existido siempre, desde
su surgimiento. Lo descubrió Karl Marx, señalando su carácter objetivo: existen
producto de la formación socioeconómica capitalista. Lucha de clases, es el
conflicto entre los intereses materiales antagónicos que surgen de la
explotación en el ámbito de la producción de bienes. Existe un grupo de seres
humanos que son dueños de los medios de producción que someten y explotan a
otros que solo tienen su fuerza de trabajo. La apropiación de la riqueza
producida tampoco es proporcional al esfuerzo invertido.
Las clases
sociales surgen en la sociedad primitiva, al desarrollarse las fuerzas
productivas, el surgimiento de la división social del trabajo y la propiedad
privada, simultáneamente la explotación del hombre por el hombre. Los
capitalistas requieren de cada vez mayores ganancias, usan y disfrutan el
canibalismo para garantizarlas en su propio país y cuando así lo deciden en
cualquier lugar del mundo.
La primera, la
segunda y probablemente la actual tercera guerra mundial las han desatado
intereses capitalistas por apropiarse de mercados que les proporcionen ingentes
ganancias y mantenerse en poder. El escenario de la lucha de clases en ese
contexto se amplia, al pueblo explotado le surge otro enemigo, el transnacional.
Marx, Engels, lenin |
La lucha de
clases, la confrontación entre explotados y explotadores, entre ricos y pobres
puede adquirir la forma de la guerra, como en Colombia. Si el pueblo inconforme
lucha por mejorar su nivel de vida, osa contravenir una ley, una norma, una política
del Estado, es una herejía y la respuesta es la represión inquisitorial. La
violencia ha sido el instrumento por excelencia que ha usado la burguesía
colombiana para mantenerse en poder, defender su posición de clase obteniendo
enormes ganancias, someter, aniquilar a su enemigo de clase.
Pero la lucha del pueblo colombiano ha sido
indoblegable y como en el Canto a Túpac Amaru,dice:
Al tercer día de los sufrimientos,
Cuando se crea todo consumado,
Gritando ¡libertad! sobre la tierra,
Ha de volver.
Y no podrán matarlo.
Así las negociaciones de paz en la Habana, Cuba,
entre la guerrilla de las FARC y el gobierno Santos abren nuevas y
esperanzadores posibilidades para la redención de las víctimas, de los
luchadores, de los herejes. La lucha de clases puede desarrollarse en los
términos logrados por el avance de la humanidad, no por la voracidad
capitalista, sino por la democracia y la participación populares. No puede ser
la plusvalía al costo de vidas humanas, ni arrasando con el medio ambiente estimulando
el consumismo, inherente al capitalismo.
Es la hora de los cambios profundos. Más allá del
simple homenaje del papa anticomunista y encubridor de fascistas Pío XII a
Galileo en 1939, o los perdones de Juan Pablo II, que luego fueron desmentidos
por el nazi Ratzinger quien casi 400 años después condena nuevamenteal sabio
padre de la ciencia moderna. Colombia, el
mundo y toda la humanidad merecemos un destino mejor, luchémoslo.