jueves, 12 de marzo de 2015

¿Por qué no se cae Maduro?


Por Antonio Villa

Sorprende, un poco, que unos periodistas que se consideran menos superficiales que la mayoría, como los de Semana, en la edición del 22 de febrero, hagan un largo editorial, no una crónica, preguntándose por qué no se cae el Presidente de Venezuela, y a partir de sus propios prejuicios se asombren del hecho.

Empiezan por decir que, “a pesar de la profundidad de la crisis, Maduro está contra las cuerdas pero no en la lona.” Y no se refieren a que la oposición, monitoreada por la embajada norteamericana, esté moviendo sus hilos desde que asumió el poder el comandante Hugo Chávez, o que a las dificultades del proceso se agrega la caída en el precio del petróleo, del cual depende en grado sumo ese gobierno, o que el incremento de la demanda o los subsidios han acentuado las dificultades el sistema económico, no, creen que la crisis es sistémica.

No hacen un análisis con todos los elementos de la situación, parten de sus prejuicios, piensan con el deseo. Más importante, para esta publicación, son las peripecias del alcalde de Caracas en la cárcel, y como logra evadir los controles para hacer circular por el mundo unas entrevistas que dio desde la prisión, que las fluctuaciones de las exportaciones de Venezuela.

Las peripecias del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, de los líderes de la oposición Leopoldo López, Henrique Capriles o Corina Machado, son las únicas que importan, incluyendo los reportajes que conceden desde la prisión, al tiempo que se quejan de las faltas de garantías para los procesados.

Ausentes eminentes en este largo panfleto están los líderes populares, de movimientos y organizaciones sociales que, es de suponerse, algo tendrán que decir sobre educación, empleo, participación en el manejo de los programas de las alcaldía y municipios, no, esas voces no hacen parte del tejido social de Venezuela que está en juego.

Esto, para nosotros, claro está, es una demostración adicional de la importancia que tienen los canales populares de información que debemos crear entre las organizaciones políticas, con redes de comunicación conocidas y comprometidas con el cambio, porque esperar análisis equilibrados de los medios del sistema es pedir un manejo que estos medios no conocen.

Si hubieran consultado las organizaciones de base, comprometidas en el proceso y sus actores centrales, no solo habrían presentado una visión más parecida a la realidad, sino una perspectiva de más largo tiempo.Se van a quedar esperando su caída quien sabe hasta cuándo.

Hay posiciones en Colombia, que aunque de derecha, son más realistas, más objetivas. Por ejemplo, opiniones de académicos de la Universidad del Rosario. Pero los medios masivos de comunicación no se atreven a contradecir al amo del norte. Cuando el Tio Sam decidió que la Cuba revolucionaria de Fidel debía ser atacada, denigrada, bloqueada, vapuleada, eso hicieron presidentes, políticos, empresarios, medios de comunicación, etc.al unísono en América Latina.

Hoy la orden es atacar a Venezuela, crear las condiciones para una intervención militar y la estupidez que no tiene límites solo demora en ponerse las rodilleras: vuelven los serviles a su tarea. Sin tener por lo menos sentido de supervivencia o ¿acaso no se ven en el espejo del Medio Oriente?


Hermanos venezolanos, Presidente Maduro, en Colombia cada vez somos más los que luchamos por la paz y la soberanía, seremos millones en defensa de la Patria Grande, que nadie se engañe.