miércoles, 22 de junio de 2016

Y sin embargo se mueve… La lucha de clases


Carolina Trens de Los Nadies

Galileo, el gran observador del cielo e irreductible crítico, descubrió que la tierra no era el centro del universo y que además se movía alrededor del sol. El científico italiano se ve acusado porel poder de la Iglesia, que tiempo antes había decidido el trágico destino de Giordano Bruno quien por causas similares fue quemado vivo en la hoguera por la Santa Inquisición. Decía la sentencia contra Galilei: “…La proposición de ser el Sol el centro del mundo e inmóvil en su sitio es absurda, filosóficamente falsa y formalmente herética, porque es precisamente contraria a las Sagradas Escrituras. La proposición de no ser la Tierra el centro del mundo, ni inmóvil, sino que se mueve, y también con un movimiento diurno, es también absurda, filosóficamente falsa y, teológicamente considerada, por lo menos, errónea en la fe.”…

La Santa Inquisición era la institución, creada por la Iglesia Católica, encargada de la supresión de la herejía, es decir, de perseguir, encarcelar, quemar a quienes estuvieran en contra de los dogmas de la doctrina religiosa. En España la inquisición fue práctica estatal, aplicada luego en territorios colonizados como nuestro continente.

La Inquisición, cuadro de Goya.

El poder, eclesiástico, político, económico, militar o cualquier otro, desde tiempos inmemoriales, y más exactamente desde que la sociedad se dividió en clases, ha perseguido no solo a sus detractores, si no a todo aquel que ose, consciente o inconscientemente ponerlo en peligro. La primera forma de legitimación del poder ha sido la fuerza, la coerción, física y sicológica.

Sin embargo, la humanidad en su larga historia ha logrado conquistas importantes, se proclamaron los Derechos del Hombre, se crearon conceptos como la libertad, la igualdad, la fraternidad, la democracia. Se construyó el socialismo en la URSS[1]la sociedad más avanzada, más justa y equitativa. Los comunistas soviéticos derrotaron a Hitler y llevaronal primer hombre al espacio. Se acabó la esclavitud y el régimen del apartheid, se derrumbó el sistema colonial. Triunfó la revolución cubana. Nada ha sido un regalo o una casualidad: todas las conquistas de la sociedad humana han estado precedidas por una intensa lucha de clases.

Así como la tierra no ha dejado de moverse, la lucha de clases ha existido siempre, desde su surgimiento. Lo descubrió Karl Marx, señalando su carácter objetivo: existen producto de la formación socioeconómica capitalista. Lucha de clases, es el conflicto entre los intereses materiales antagónicos que surgen de la explotación en el ámbito de la producción de bienes. Existe un grupo de seres humanos que son dueños de los medios de producción que someten y explotan a otros que solo tienen su fuerza de trabajo. La apropiación de la riqueza producida tampoco es proporcional al esfuerzo invertido.

Las clases sociales surgen en la sociedad primitiva, al desarrollarse las fuerzas productivas, el surgimiento de la división social del trabajo y la propiedad privada, simultáneamente la explotación del hombre por el hombre. Los capitalistas requieren de cada vez mayores ganancias, usan y disfrutan el canibalismo para garantizarlas en su propio país y cuando así lo deciden en cualquier lugar del mundo.

La primera, la segunda y probablemente la actual tercera guerra mundial las han desatado intereses capitalistas por apropiarse de mercados que les proporcionen ingentes ganancias y mantenerse en poder. El escenario de la lucha de clases en ese contexto se amplia, al pueblo explotado le surge otro enemigo, el transnacional.

Marx, Engels, lenin
La lucha de clases, la confrontación entre explotados y explotadores, entre ricos y pobres puede adquirir la forma de la guerra, como en Colombia. Si el pueblo inconforme lucha por mejorar su nivel de vida, osa contravenir una ley, una norma, una política del Estado, es una herejía y la respuesta es la represión inquisitorial. La violencia ha sido el instrumento por excelencia que ha usado la burguesía colombiana para mantenerse en poder, defender su posición de clase obteniendo enormes ganancias, someter, aniquilar a su enemigo de clase.

Pero la lucha del pueblo colombiano ha sido indoblegable y como en el Canto a Túpac Amaru,dice:
Al tercer día de los sufrimientos,
Cuando se crea todo consumado,
Gritando ¡libertad! sobre la tierra,
Ha de volver.
Y no podrán matarlo.

Así las negociaciones de paz en la Habana, Cuba, entre la guerrilla de las FARC y el gobierno Santos abren nuevas y esperanzadores posibilidades para la redención de las víctimas, de los luchadores, de los herejes. La lucha de clases puede desarrollarse en los términos logrados por el avance de la humanidad, no por la voracidad capitalista, sino por la democracia y la participación populares. No puede ser la plusvalía al costo de vidas humanas, ni arrasando con el medio ambiente estimulando el consumismo, inherente al capitalismo.

Es la hora de los cambios profundos. Más allá del simple homenaje del papa anticomunista y encubridor de fascistas Pío XII a Galileo en 1939, o los perdones de Juan Pablo II, que luego fueron desmentidos por el nazi Ratzinger quien casi 400 años después condena nuevamenteal sabio padre de la ciencia moderna. Colombia, el  mundo y toda la humanidad merecemos un destino mejor, luchémoslo.







[1] Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas