jueves, 10 de abril de 2014

I Have a Dream… I Have a Drone…
Yo tengo un sueño… yo tengo un dron…
Por Carolina Trens

Nunca antes la política norteamericana había sido tan agresiva y criminal como en estos tiempos en los que nos ha tocado sobrevivir.

Desde que la diplomacia de EE.UU. adoptó como política de estado la conquista del mundo, no ha cejado en el intento, no ha escatimado esfuerzos, dinero, sacrificios propios y ajenos, ciencia y tecnología, innovaciones increíbles. Absolutamente todo el potencial de un pueblo, su laboriosidad, su disciplina, su innegable capacidad de creación, dedicados al infame objetivo de la “supremacía blanca”, de la esclavitud del resto de pueblos y naciones, de la innoble y retardataria tarea de destruir la construcción de democracia y pan, libertad y paz que la humanidad ha logrado construir en siglos de existencia.

Las naciones, horrorizadas por lo vivido en las I y II guerras mundiales, con la contribución de los EE.UU., mal que bien habían logrado armar una legislación, unas normas, unos derechos universales, mínimos para contener la barbarie, la destrucción, el abismo. Pero la crisis económica general del capitalismo, la crisis del sistema mundo, viene arrasando valores universales, conquistas humanas, pueblos, naciones enteras. Paradójicamente, ¡Oh, ironía! La caída del campo socialista acelero el entierro, del liberalismo, de la democracia burguesa.

Hace tan solo 50 años un extraordinario norteamericano negro Martín Luther King pronunciaba un memorable discurso que sigue conmoviendo al mundo: hablaba del sueño de la igualdad y de la libertad. La “minoría blanca” racista e imperial, ha impedido que ese sueño se cumpla.

Hoy, cumple su segundo mandato un presidente negro en los EE.UU., pero es un negro que piensa y actúa como tirano blanco y su sueño, a diferencia del de Martín Luther,  es un modernísimo dron. El uso de drones se ha convertido en una parte integral de la estrategia de guerra de EE.UU. y desde que Obama llegó al poder, se han duplicado sus misiones en comparación con la etapa inicial.

El siniestro Barack Obama ha multiplicado y exacerbado al máximo “el destino manifiesto” del complejo militar industrial de su país, ha puesto en varias ocasiones al planeta al borde la III guerra mundial. No fueron suficientes Afganistán y Siria, Irak y Libia; hay que revivir la guerra fría, provocar a Rusia, intervenir en Ucrania. La OTAN ya tiene planes en Moldavia, Armenia y Azerbaiyán.

Desde los bombardeos atómicos contra Hiroshima y Nagasaki, los EE.UU. y su Armada han tratado el Pacífico como su lago privado. Provocando constantemente a La República Popular China. El sitio web Global Research señala que la presencia de las fuerzas de operaciones especiales ha aumentado en 60 países durante el mandato del presidente Barack Obama. 

En el mar Caribe fue activada la IV flota del Comando Sur, sumando amenazas de guerra a las existentes desde las bases gringas en territorios de Colombia, Panamá y Paraguay. Parece un chiste el nombre, pero en la “Estrategia del Comando Sur de los EE.UU. 2018 – Amistad y cooperación para las Américas” quedan claros los objetivos de guerra: los gobiernos hostiles de Venezuela y Bolivia, no hay que ser muy sagaces para saber que en la lista está Ecuador y Argentina, Nicaragua y nuevamente El Salvador. Brasil es el bocado grande, Cuba por ser la bofetada firme y continua al imperio.

Las FARC-EP, en Colombia, han tenido que enfrentar el programa de operaciones encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), la ayuda secreta de parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) a nivel de espionaje, que está financiada a través de un presupuesto especial de operaciones encubiertas de miles de millones de dólares y la financiación legal de $9 mil millones del nefasto Plan Colombia que comenzó en el año 2000. Este esfuerzo de guerra continúa bajo la administración del presidente Barack Obama, de acuerdo con funcionarios militares, de inteligencia y diplomáticos.

La dolorosa situación de Venezuela no es casual, ni es la protesta violenta de estudiantes furiosos porque el chavismo les da educación gratis, incluso a los burgueses. ¡No! el imperio mató al legendario e inolvidable Comandante Chávez para inmediatamente después montar la contrarrevolución armada, la guerra. Mientras que el gobierno venezolano del Presidente Maduro le tiende a Colombia la mano de la paz, en Colombia desde los sectores más retardatarios del narco-paramilitarismo, con Uribe a la cabeza, y desde las vacilaciones de Santos, se cocina por orden de los EE.UU., el apoyo (en las radios, la prensa, la TV, etc.), la financiación y el entrenamiento de fuerzas mercenarias. Un proceso de paz en Colombia, con reformas profundas que le cambien el rumbo al país, discutidas en la Habana y refrendadas en una Asamblea Nacional Constituyente, le quita el piso, por lo menos en Latinoamérica, al “sueño de Obama”.

Los gobiernos democráticos y antiimperialistas, las fuerzas revolucionarias de América Latina y el Caribe, en particular las FARC-EP, tenemos el compromiso histórico de hacer realidad el sueño de Luther King: ser libres, al fin!